Con apariencia rosada la flor del almendro tiene un fuerte contraste entre el blanco de sus pétalos y el intenso rosa de su interior y sólo cuando los rayos del sol acceden a su corazón, la flor se prende de color, creando paisajes con la apariencia de un rosado manto de algodón y que tanto nos sorprende cuando a principios de marzo nos anuncia la nueva primavera y la llegada de las primeras comuniones.
Enfundada con un traje familiar nos vimos en medio de la frenética actividad de abejas, abejorros y demás insectos que hambrientos de polen no cesaban de volar. Me fascinó el escenario no sólo por el colorido de los almendro sino también por la sensación que transmite el campo en plena floración, es el momento para pensar en los valores de la primera comunión, en reafirmar nuestro respeto a la naturaleza.