En su última etapa los girasoles dejan de girar al son que les dicta el sol, quedan sumisos mirando al Este mientras marchitan, sólo algunos valientes, los más gruesos y sabios se mantienen erguidos frente a la luz, siguiendo su propio camino…
Me acerqué al más grande, al más sabio de los girasoles con la inquietud de saber el por qué de su rebeldía…
Rebeldía… sonrió, desde que somos retoños nos educan para seguir el compás que nos marca el sol, cada mañana buscamos el camino señalado, sobrevivimos en un medio hostil, con escasez de lluvias, tierras áridas, para al final marchitar, en esta etapa dejé de seguir el sol, para buscar mi propio camino.
No entendí nada, pero querería saber más, le pregunté si nos pasa lo mismo a los humanos, si seguimos un camino establecido, tenía curiosidad por saber si aquel girasol me podía ayudar a resolver lo que todos me me preguntan, qué vas a ser de mayor.
Volvió a sonreír y me sugirió un juego, me hizo buscar a un joven girasol con tronco fuerte, al desojarlo este te dará pista de lo que puedes ser de mayor.
Así lo hice, con cada pétalo el joven girasol me lanzaba una pista, la primera fue la de ser útil para la gente, rodearte de personas con sentido del humor, sonríe, ambiciona aquello que te llene de verdad, pon pasión en lo que haces, permanece en contacto con la gente, disfruta con lo que hagas, identifícate con tu empresa, planifica y organiza tu tiempo a diario, confía en ti mismo, en lo que haces, no sigas estereotipos se tu misma, aprende a perder….. y así hasta 144 pistas.
Quedé saturada con tanta información. Ahora si que estoy perdida le dije. No creo que en ningún trabajo o haga lo que haga pueda aplicar todos estas pistas.
Posiblemente sí, aunque la mayoría son valores que incorporas en lo que haces, pero no te preocupes ni las pistas ni los sentimientos son universales, cada persona es feliz en lo que hace de una forma diferente, coge una cesta e incorpora sólo aquellos pétalos de luz que te hagan sentir mejor, busca tu propio camino.
Poco a poco fui llenando la cesta me dejé un par de pétalos, las pistas de los dos pétalos que dejé no me convencieron, pensé que tal vez hasta los más sabios pueden equivocarse… 🙂
